Esta carta ha sido elaborada a partir de las experiencias de miles de jóvenes europeos.
Estas experiencias nos hacen soñar que es posible una sociedad más humana, solidaria, donde tu, yo y otros/as muchos/as nos encontremos felices, donde podamos desarrollar nuestras capacidades.
Somos jóvenes entre 15 y 30 años, del medio popular y queremos que os unáis a nuestra reflexión todos/as aquellos/as que queráis diseñar cómo será nuestra Formación Profesional en el futuro.
Como miembros de esta sociedad queremos implicar en este debate a las personas que tienen una responsabilidad política en relación a este tema y también a las organizaciones juveniles que tienen una visión de que el futuro hay que construirlo entre todos/as.
QUÉ ESTÁ PASANDO EN EUROPA
{mosimage}Nuestra sociedad vive grandes mutaciones del mercado de trabajo. Son tan profundas que alteran la estructura ocupacional de una forma radical. Las tendencias del actual modelo de crecimiento apuntan a que sólo una minoría va a tener un empleo estable, cualificado, altamente remunerado, y que la inmensa mayoría va a rotar entre trabajos eventuales peor retribuidos sometidos a una indefensión social notable. También habrá un importante sector que quedará fuera del circuito productivo y de consumo, tal como hoy lo entendemos en una indefensión absoluta.
En el Memorándum de la Comunidad Europea sobre la Formación Profesional para los años 90, se parte de que la FP conduce casi automáticamente a encontrar un puesto de trabajo, este punto de partida despierta unas esperanzas exageradas que no corresponden con la realidad. Es cierto que en determinados casos una FP adecuada incrementa las oportunidades de acceso y participación en el mercado laboral, pero hay que constatar que en muchos casos no es así, o sea, en síntesis, la formación no va a resolver todo el problema del desempleo.
En definitiva el gran problema de nuestra sociedad es que las riquezas se concentran cada vez más en una minoría.
Creemos que es cada vez más urgente el reparto de riquezas y del trabajo, para poder trabajar todos/as y que haya una reducción de la jornada laboral, sin que haya una reducción de salario. Así como instaurar un salario social partiendo de que todas las personas tenemos derecho a vivir una vida digna.
QUÉ ENTENDEMOS POR FORMACIÓN PROFESIONAL
Toda la formación que contribuye a la incorporación de los jóvenes al mundo laboral y a su desarrollo personal y social.
Partimos de que la Formación Profesional tiene que tener tres funciones:
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Prepararnos para un futuro trabajo.
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Formarnos como seres humanos, fomentando la creatividad, la capacidad de formarnos una opinión, el sentido de observación, de crítica, etc. Formarnos para ser personas maduras, autónomas, responsables...
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Educarnos para el desarrollo comunitario, para favorecer que la población sea consciente y esté preparada de modo que asuma de hecho en sus manos el futuro, en todos los aspectos: económicos, sociales, educativos y políticos.
TRANSFORMAR NUESTRA SOCIEDAD ES IMPRESCINDIBLE
Cómo queremos la orientación profesional?
Observamos que los jóvenes tenemos que tomar una decisión sobre nuestro futuro profesional a una edad muy temprana. Nos damos cuenta de que en el futuro las personas tendremos que cambiar varias veces en nuestra vida de profesión.
Es por esto que exigimos: Una formación básica consistente que nos de la posibilidad de especializarnos más tarde en ciertas materias.
La orientación profesional debe partir de las capacidades de los jóvenes y las necesidades sociales. Esto implica:
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Potenciar equipos que informen sobre las profesiones que existen, y que hagan un seguimiento de la evolución de los jóvenes en relación a la profesión elegida, para que en definitiva los/as jóvenes tengan en sus manos la capacidad de tomar decisiones de modo consciente.{mosimage}
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Que los padres tengan la información necesaria para ayudar a sus hijos en el momento de elegir una profesión.
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Igualdad de oportunidades en la orientación profesional para hombres y mujeres: Hay que provocar la toma de conciencia más pronto (escuela básica) de la necesidad de superar la atribución de papeles que hoy existe en la sociedad, con el fin de que las chicas puedan elegir igualmente profesiones que no son típicamente femeninas, y de suprimir las fronteras entre materias reservadas a las mujeres y las reservadas a los hombres.
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Organizar programas de intercambio a nivel europeo para jóvenes en formación y desempleados, con el objetivo de que puedan conocer cómo es la formación Profesional en otros países, así como sus respectivas culturas, favoreciendo de esta manera el desarrollo de una sociedad intercultural. Estos programas tendrían que estar integrados en los sistemas educativos y de formación de los países.
Por una formación para todos/as contra la creación de una elite
Tal como está definida y organizada la Formación Profesional crea y refuerza una elite competente al servicio de la economía europea, excluyendo a un número cada vez mayor de jóvenes de una verdadera inserción social. Creemos que todos/as los/as jóvenes tenemos el derecho a ser felices, a realizarnos, a desarrollar todas nuestras capacidades y a ocupar un lugar en la sociedad.
Aspiramos a una sociedad solidaria y sin excluidos. Es por esto que exigimos:
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Que la formación profesional tenga una función social, o sea, que las personas sepamos situarnos en el contexto que vivimos, esto supone un cambio profundo de los contenidos que se imparten en la formación y una nueva pedagogía que tenga en cuenta que tenemos que educarnos con una dimensión humana.
Para que esto se pueda llevar a cabo es necesario mejorar la formación de los profesores en cuanto a lo que supone trabajar con jóvenes a nivel pedagógico, teniendo en cuenta los valores de los jóvenes de hoy y sus necesidades, con un modelo de democracia participativa, formación intercultural, etc.
Los sistemas de evaluación actuales crean un sentimiento de fracaso en los jóvenes. Es por esto que exigimos:
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Una mejora del sistema de evaluación que pasaría por una orientación, una planificación, un acompañamiento y una toma de decisiones comunes de todos los agentes educativos implicados en la enseñanza, incluyendo los jóvenes en formación.
Evaluar una formación implica en primer lugar hacer una definición de objetivos de formación.
Los jóvenes tenemos igualmente objetivos que se tienen que tener en cuenta e integrarlos en el programa general.
Los objetivos se deben convertir en criterios de evaluación. De esta forma las notas obtenidas en un examen no serían ya el elemento determinante en una nota final.
Se deben evaluar: los contenidos y los objetivos de la formación, del profesorado, las actitudes que el alumno muestra, así como la evaluación que el alumno hace de su propio trabajo.
Formación para los excluidos/as del mercado de trabajo
En la Europa comunitaria hay 16 millones de jóvenes que dejan de estudiar a una edad muy temprana y que no han terminado su formación (lo que se denomina fracaso escolar). Hoy existen grandes carencias en el sistema general de enseñanza que provoca que un gran número de jóvenes queden excluidos ya a una edad temprana.
Es por esto que exigimos:
Que las políticas de educación y formación profesional a nivel estatal deben de tener en cuenta: las necesidades del amplio grupo de desfavorecidos/as (personas poco cualificadas, emigrantes, etc.), así como dar las condiciones para que estos jóvenes encaucen su realidad y evitar el gran número de fracasos escolares existentes.
Algunos aspectos que podrían contribuir a esto serían:
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Reducción del número de alumnos por aula
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Nuevos métodos pedagógicos y profesores formados para esto.
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Evaluar los métodos pedagógicos que se utilizan y que se potencie el desarrollo de capacidades individuales.
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Cuando los jóvenes interrumpen su formación o han terminado su F.P. que se les de la posibilidad de seguir formándose, equiparando su formación a la de los demás estudiantes.
Para posibilitar a estos jóvenes la incorporación al mundo del trabajo habría que potenciar:
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Equipos pedagógicos que trabajen a partir de la realidad de estos jóvenes, su situación personal, del entorno, sus capacidades.
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Desarrollar medidas que favorezcan la incorporación de estos jóvenes a las empresas con los mismos derechos que los demás trabajadores.
Relación entre la formación profesional y el empleo
Observamos que hay una insuficiente adecuación de la oferta que se da desde la Formación Profesional y la enseñanza y la demanda en el mercado de trabajo. Creemos que esta relación hay que hacerla desde una lógica de dar respuesta a las necesidades sociales no cubiertas hoy en nuestra sociedad, equilibrando este aspecto con la oferta que existe desde el mercado de trabajo.
Es por esto que exigimos:
Hacer estudios de las necesidades sociales y profesionales a nivel local, regional y estatal que existen y a partir de ahí proyectar perspectivas para futuras profesiones.
Es preciso mejorar la calificación obtenida en la Formación Profesional y para eso es necesario:
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La creación de un fondo sobre la FP donde inviertan la pequeña, mediana y gran empresa, para que los jóvenes puedan hacer un reciclaje a nivel de formación.
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Tener talleres dirigidos a aprendices que estén en pequeñas empresas, con maquinaria moderna para poder tener las mismas posibilidades que los aprendices que están en grandes empresas con tecnología punta.
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Crédito de formación para jóvenes que han trabajado durante 3 ó 4 años, que les permita continuar su formación, según sus motivaciones.
Queremos una Formación Profesional que guarde un equilibrio entre los conocimientos teóricos y prácticos.
Acceso a la Formación Profesional:
Todos/as los jóvenes tienen que tener las mismas posibilidades de acceso a la F.P. y que se trate en pie de igualdad a emigrantes, nativos y exilados políticos.
Igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres para conseguir un trabajo. A igual trabajo, igual salario.
El aprendizaje de idiomas tiene que estar presente en la Educación General Básica y en la F.P. si queremos que todos los jóvenes tengan las mismas posibilidades en el mercado de trabajo, de cara a la movilidad europea.
Desarrollo de las capacidades humanas
La escuela tiene que servir para desarrollar nuestra personalidad y tiene que apoyarnos para encontrar nuestro papel en la sociedad.
Es por esto que exigimos que en los contenidos de formación se potencie: {mosimage}
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la capacidad de expresión
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la capacidad de escuchar
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la capacidad de resolver conflictos
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descubrir otras culturas
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respeto a las diferencias
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capacidad de integrar, de analizar, de articular y vincular conocimientos
Así como exigimos aprender capacidades sociales en la escuela:
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Integrando discusiones políticas de actualidad
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Formación pedagógica de los profesores y que continúen permanentemente renovándose
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Preparación de los profesores respecto a la situación social, para que ellos puedan reaccionar a esta situación y tomarla en cuenta en su enseñanza
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Que las escuelas estén abiertas a la colaboración de organizaciones juveniles de carácter social.
La participación en la escuela y la Formación Profesional
Observamos que no hay cauces de participación que integren a todos los agentes educativos en el diseño de los contenidos y objetivos de la F.P.
Es por esto que exigimos:
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Que haya una participación de alumnos, profesores, padres, organizaciones juveniles, gobiernos, patronal y sindicatos, en el diseño y las decisiones que se toman en cuanto a los contenidos, la legislación, los métodos, en relación a la escuela y la F.P. a nivel regional, estatal y europeo.
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Que exista un aprendizaje a la educación participativa de todos/as los/as niños/as desde la escuela primaria.
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Crear comisiones localizadas de planificación y seguimiento para evaluar la formación que se da en las empresas para ver si corresponde con el contrato de aprendizaje que se tiene. En dicha comisión tendrían que participar sindicatos y organizaciones juveniles.
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Otra tarea de dicha comisión sería examinar las capacidades pedagógicas de los profesores, así como sus competencias en su especialidad.
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Apoyo financiero a las estructuras que potencian la participación en la escuela.
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A nivel de la Unión Europea se tendría que dar a conocer y consultar a las organizaciones juveniles todos los proyectos, leyes que se planifican sobre la F.P. antes de ser aprobados.
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Organizar un debate público, Parlamento Juvenil, a nivel europeo sobre la F.P. donde podamos dar a conocer a las personas e instancias responsables en la política sobre enseñanza, formación profesional, lo que pensamos y reivindicamos las organizaciones juveniles que estamos implicadas en este tema.
La responsabilidad del estado de cara a la formación profesional
Hay una tendencia fuerte de privatización de la F.P. esto implica que en un futuro habrá menos jóvenes del mundo popular que podrán estudiar porque se va a exigir una participación financiera más fuerte de los propios jóvenes y las empresas son las que van a marcar los contenidos de la FP.
Partimos de que cada joven tenemos derecho a una educación y FP de calidad.
Es por esto que exigimos:
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Que la responsabilidad de la educación y la FP tiene que estar en manos del Estado, asegurando una enseñanza pública y de calidad.
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La planificación, seguimiento y gestión de la FP tienen que estar hechas por todos los agentes educativos.
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Dedicar fondos para hacer proyectos de desarrollo local.
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Apoyo financiero y técnico a iniciativas que tienen como objetivo que los jóvenes creemos nuestro propio puesto de trabajo.{mosimage}
Una formación con futuro, por una Europa solidaria, para nosotros/as significa que hay que tener en cuenta el futuro de todos/as los/as ciudadanos/as, construyendo una Europa más humana, solidaria, democrática y que esté abierta al mundo con una actitud de aprender y construir una sociedad más justa.